Sobre el Cuarto artículo
Pregunta: ¿Cómo ocurrió que Jesucristo fue crucificado siendo que sus enseñanzas y sus obras debían haber impulsado a los hombres a reverenciarlo?
Respuesta: Los jefes de los judíos y los escribas lo odiaban, porque El rebatía sus falsas enseñanzas y sus malas vidas. Y le envidiaban, porque el pueblo que escuchaba sus enseñanzas y veía obrar sus milagros, lo estimaba más que a ellos. Por ello lo acusaron falsamente y lo condenaron a muerte.
Pregunta: ¿Por qué se dice que Jesucristo fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos?
Respuesta: Para indicar en qué momento histórico fue crucificado.
Pregunta: ¿Quién fue Poncio Pilatos?
Respuesta: El gobernador romano de Judea, que estaba sujeta al Imperio Romano.
Pregunta: ¿Por qué es digna de remarcarse esta circunstancia?
Respuesta: Porque en ella vemos el cumplimiento de la profecía de Jacobo: "No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga el Reconciliador; y a él se le congregarán los pueblos" (Gén. 49:10).
Pregunta: ¿Por qué no se dice solamente en el Símbolo de la fe que Jesucristo fue crucificado, sino que también sufrió?
Respuesta: Para mostrar que su crucifixión no fue sólo una apariencia de sufrimiento y muerte, como dicen algunos herejes, sino un real sufrimiento y muerte.
Pregunta: ¿Por qué se menciona también que fue sepultado?
Respuesta: Esto también es para reafirmarnos que realmente murió y que resucitó, pues sus enemigos pusieron una guardia ante su sepulcro y lo sellaron herméticamente.
Pregunta: ¿Cómo pudo Jesucristo sufrir y morir, siendo Dios?
Respuesta: Sufrió y murió, no en su Divinidad, sino en su humanidad. Y esto no porque no pudiese evitarlo, sino porque quiso sufrir. El mismo dijo: "Yo entrego mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que Yo por mí mismo la entrego. Tengo poder para entregarla y tengo poder para volverla a tomar" (Juan 10: 17-18).
Pregunta: ¿En qué sentido se dice que Jesucristo fue crucificado para y por nosotros?
Respuesta: En el sentido de que, por su muerte en la Cruz, nos libró del pecado, la maldición y la muerte.
Pregunta: ¿Cómo hablan las Sagradas Escrituras de esta liberación?
Respuesta: Se refieren a la liberación del pecado: "En Quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia" (Efes. 1:7). Se refieren, asimismo, a la liberación de la maldición: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición" (Gál. 3:13). Y a la liberación de la muerte: "Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, El también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre" (Hebr. 2: 14-15).
Pregunta: ¿De qué manera la muerte de Jesucristo en la Cruz nos libra del pecado, la maldición y la muerte?
Respuesta: Para que podamos comprender más rápidamente el misterio, la palabra de Dios hace la comparación de Jesucristo con Adán. Adán es, por naturaleza, la cabeza de toda la humanidad, que es una con él por ser su descendencia. Jesucristo, en quien la divinidad está unida a la humanidad, graciosamente hizo de sí mismo la nueva y todopoderosa cabeza del hombre, al que unió a sí mismo por la fe. Es así que, como en Adán caímos en el pecado, la maldición y la muerte, en Jesucristo nos liberamos para siempre del pecado, la maldición y la muerte. Su sufrimiento voluntario y la muerte en la Cruz por nosotros, siendo de infinito valor y mérito, como muerte del Unico Sin Pecado, Dios y Hombre en una misma persona, es una perfecta satisfacción a la justicia de Dios, que nos condenó a muerte por el pecado. Es un mérito infinito, que nos otorgó gracias a El el derecho sin discriminación a la justicia, para darnos a nosotros los pecadores el perdón por nuestros pecados y la gracia para obtener la victoria sobre el pecado y la muerte.
"Pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (Col. 1:26-27); "Pues si por la transgresión de uno sólo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno sólo, Jesucristo" (Rom. 5:17); "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme con la carne, sino conforme con el Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme con la carne, sino conforme con el Espíritu" (Rom. 8:1-4).
Pregunta: ¿Estrictamente hablando, fue por todos nosotros que Jesucristo sufrió?
Respuesta: El se ofreció a Sí mismo como sacrificio estrictamente para todos, y obtuvo para todos gracia y salvación; pero esto beneficia sólo a aquellos de nosotros que, por nuestro propio libre albedrío tenemos "participación de sus padecimientos, llegando a ser semejantes a El en su muerte" (Filip. 3:10)
Pregunta: ¿Cómo podemos tener participación en los padecimientos y muerte de Jesucristo?
Respuesta: Tenemos participación en los padecimientos y muerte de Jesucristo por una viva y sincera fe, por la participación en los Sacramentos, en los que están contenidas y selladas las virtudes de sus salvadores sufrimientos y muerte. Y, finalmente, por la crucifixión de nuestra carne con sus concupiscencias y pasiones. Dice el Apóstol: "Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí" (Gal. 2:19-20); "¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?" (Rom. 6:3); "Así pues, todas las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que El venga" (1 Cor. 11:26); "Los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus concupiscencias y pasiones" (Gál. 5:24).
Pregunta: ¿Cómo podemos crucificar la carne con sus concupiscencias y pasiones?
Respuesta: Refrenando las concupiscencias y pasiones, y haciendo lo que es contrario a ellas. Por ejemplo, cuando la ira nos impulsa a atacar a un enemigo y a hacerle daño, si entonces resistimos ese deseo recordando que Jesucristo en la Cruz oró por sus enemigos, y rogando igualmente por los nuestros, crucificamos nuestra pasión de la ira.
Sobre el Quinto artículo
Pregunta: ¿Cuál es la primera y más seria prueba dada por Jesucristo, de que sus padecimientos y muerte trajeron salvación para nosotros hombres?
Respuesta: Que resucitó, y así puso los cimientos para nuestra también bendita resurrección. "Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos, haciéndose primicia para los muertos" (1 Cor. 15:20).
Pregunta: ¿Qué podemos pensar del estado en que Jesucristo estuvo después de su muerte y antes de su resurrección?
Respuesta: Esto está descrito en el siguiente himno de la Iglesia: "Corporalmente, en el sepulcro; como Dios, en el hades con el alma; en el paraíso con el malhechor, asimismo estabas en el Trono, Cristo, con el Padre y el Espíritu, ¡oh! Indescriptible, que todo lo llenas."
Pregunta: ¿Qué es el hades o infierno?
Respuesta: Hades es una palabra griega que significa lugar privado de luz. En teología se entiende por este nombre una prisión espiritual, es decir, el estado de aquellos espíritus que están separados, por el pecado, de la visión del semblante de Dios y de la luz y bendición que ello confiere (Judas 1:6; Octoecos tono 5; Stijarion 2. 4).
Pregunta: ¿Para qué descendió Jesucristo al Hades?
Respuesta: Para proclamar allí también su victoria sobre la muerte y liberar a las almas que con fe aguardaban su venida.
Pregunta: ¿Hablan de esto las Sagradas Escrituras?
Respuesta: Se refieren a ello en el siguiente pasaje: "Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el Recto por los no rectos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados" (1Pedro 3:18-19).
Pregunta: ¿Qué debemos remarcar en las siguientes palabras del Símbolo de la fe: "y resucitó al tercer día conforme con las Escrituras"?
Respuesta: Estas palabras están en el Símbolo de la fe, tomadas del siguiente pasaje de la Epístola a los Corintios: "Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme con las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme con las Escrituras" (1Cor. 15:3-4).
Pregunta: ¿Qué significado hay en las palabras "conforme con las Escrituras"?
Respuesta: Por estas palabras se muestra que Jesucristo murió y resucitó, precisamente como fue escrito de El, proféticamente, en los libros del Antiguo Testamento.
Pregunta: ¿Dónde, por ejemplo, hay algo escrito sobre esto?
Respuesta: En el capítulo 53 del libro del Profeta Isaías, los sufrimientos y muerte de Jesucristo se prefiguran particularmente: "El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus heridas hemos sido curados" (Is. 53: 5). Sobre la resurrección de Cristo, el Apóstol San Pedro toma las palabras del Salmo 16 (15): ..". no abandonarás mi alma en el hades ni permitirás que tu santo experimente la corrupción" (Hechos 2: 27).
Pregunta: ¿Está en algún otro lugar del Antiguo Testamento que Jesucristo resucitaría precisamente al tercer día?
Respuesta: Una profecía sobre ello está prefigurada en el Profeta Jonás: "Y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches" (Jon. 2: 1).
Pregunta: ¿Cómo se supo que Jesucristo había resucitado?
Respuesta: Los soldados que montaban guardia en su sepulcro supieron de ello, se aterrorizaron cuando un Angel del Señor apartó la piedra que cerraba la tumba y al mismo tiempo hubo un gran terremoto. Asimismo, hubo Angeles que anunciaron la Resurrección de Cristo a María Magdalena y otras santas mujeres. Jesucristo mismo, el día de su Resurrección, se apareció a muchos, como a las mujeres miróforas, a San Pedro, a los dos discípulos en el camino de Emaús y finalmente a todos los Apóstoles en la casa, estando cerradas las puertas. Después se mostró varias veces a ellos en el período de cuarenta días; y un día fue visto por más de quinientos creyentes a la vez (1 Cor. 15:6).
Pregunta: ¿Por qué se mostró Jesucristo a los Apóstoles por espacio de cuarenta días?
Respuesta: En este tiempo continuó enseñándoles los misterios del reino de Dios (Hechos 1:3).
Sobre el Sexto artículo
Pregunta: ¿Está tomada de las Sagradas Escrituras la descripción de la Ascensión de Nuestro Señor en el sexto artículo del Símbolo de la fe?
Respuesta: Está tomada de los siguientes pasajes de las Sagradas Escrituras: "Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo" (Ef. 4:10); "Tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos" (Hebr. 8:1).
Pregunta: ¿Fue en su divinidad o en su humanidad que Jesucristo ascendió a los cielos?
Respuesta: En su humanidad. En su divinidad siempre estuvo, está y estará en el cielo.
Pregunta: ¿Por qué se dice que Jesucristo está sentado a la diestra del Padre, siendo que Dios está en todas partes?
Respuesta: Esto debe ser entendido espiritualmente. Jesucristo tiene una misma e igual majestad y gloria con Dios Padre.
Sobre el Séptimo artículo
Pregunta: ¿Cómo hablan las Sagradas Escrituras de la segunda venida de Cristo?
Respuesta: "Este mismo Jesús que se ha elevado desde vosotros al cielo, volverá de la misma manera que le habéis visto irse al cielo" (Hechos 1:11). Esto fue dicho por los Angeles a los Apóstoles en el momento mismo de la Ascensión del Señor.
Pregunta: ¿Cómo hablan las Sagradas Escrituras de su futuro Juicio?
Respuesta: "Porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, irán a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29). Éstas son palabras de Cristo mismo.
Pregunta: ¿Cómo hablan las Sagradas Escrituras del reino que no tendrá fin?
Respuesta: "Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacobo para siempre y su reino no tendrá fin" (Lucas 1:32-33). Éstas son palabras del Angel a la Madre de Dios.
Pregunta: ¿Será la segunda venida de Cristo semejante a la primera?
Respuesta: No, será muy diferente. Vino para sufrir por nosotros con gran humildad, pero vendrá para juzgarnos: "En su gloria, y todos los santos ángeles con El" (Mat. 25:31).
Pregunta: ¿Juzgará a todos los hombres?
Respuesta: A todos sin excepción.
Pregunta: ¿Cómo los juzgará?
Respuesta: La conciencia de cada hombre será expuesta ante todos, y serán revelados todos los actos que hizo durante su vida en la tierra, las palabras que pronunció y sus deseos y pensamientos secretos. "Hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios" (1 Cor. 4:5).
Pregunta: ¿Nos condenará incluso por las malas palabras y pensamientos?
Respuesta: Sin duda, a menos que las borremos por el arrepentimiento, por la fe y que enmendemos nuestra vida: "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta el día del juicio" (Mat. 12:36).
Pregunta: ¿Vendrá pronto Jesucristo para el Juicio?
Respuesta: No lo sabemos, y por lo tanto nos corresponde vivir de tal forma para estar siempre preparados a ello. "El Señor no retarda su promesa, como algunos piensan, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche" (2 Pedro 3:9-10). "Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir" (Mat. 25:13).
Pregunta: ¿Nos han sido revelados algunos signos de la proximidad de la venida de Cristo?
Respuesta: En la palabra de Dios nos fueron revelados algunos signos, como la pérdida de fe y el amor entre los hombres, la abundancia de iniquidad y calamidades, la predicación del Evangelio a todas las naciones y la venida del Anticristo.
Pregunta: ¿Qué es el Anticristo?
Respuesta: El adversario de Cristo, que tratará de vencer a la cristianismo, pero en lugar de ello obtendrá para sí mismo un fin terrible (2 Tes. 2:8).
Pregunta: ¿Qué es el Reino de Cristo, o sea el Reino de Dios?
Respuesta: Es el Reino de los creyentes en Cristo fundado por El y de los que se esfuerzan por cumplir con la voluntad del Padre celestial. Este Reino de Dios, abierto con la venida de Cristo Salvador a la tierra, fija su morada en el alma de la gente en forma imperceptible y la prepara en la tierra para el recibimiento del Reino de los cielos, que se manifestará en el fin de los siglos.
Pregunta: ¿De cuál de éstos se dice en el Símbolo de la fe que no tendrá fin?
Respuesta: Del Reino de Gloria.
Sobre el Octavo artículo
Pregunta: ¿En qué sentido es llamado Señor el Espíritu Santo?
Respuesta: En el mismo sentido que el Hijo de Dios, esto es, como Dios verdadero.
Pregunta: ¿Hay testimonio de ello en las Sagradas Escrituras?
Respuesta: Está claro en las palabras del Apóstol San Pedro para amonestar a Ananías: "¿Por qué entró Satanás en tu corazón para hacerte mentir al Espíritu Santo?," y más adelante: "Le has mentido a Dios, no a los hombres" (Hechos 5:3-4).
Pregunta: ¿Qué debemos entender cuando el Espíritu Santo es llamado el Vivificador?
Respuesta: Quiere decir que El, junto con Dios Padre y el Hijo, dan vida a toda criatura, y especialmente vida espiritual al hombre: "El que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" (San Juan 3:5).
Pregunta: ¿De dónde sabemos que el Espíritu Santo procede del Padre?
Respuesta: Lo sabemos por las siguientes palabras de Jesucristo mismo: "Cuando venga el Consolador, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que Yo os enviaré desde el Trono del Padre, el que da testimonio de Mí" (San Juan 15:26).
Pregunta: ¿La enseñanza de la procedencia del Espíritu Santo admite algún cambio o agregado?
Respuesta: No. Primero, porque la Iglesia Ortodoxa en su enseñanza repite las verdaderas palabras de Jesucristo, y sus palabras sin ninguna duda son la exacta y perfecta expresión de la verdad. Segundo, porque el Segundo Concilio Ecuménico, cuyo objetivo principal fue establecer la verdadera enseñanza respecto del Espíritu Santo, lo puso suficientemente de manifiesto en el Símbolo de la fe; y la Iglesia Católica (Universal) lo reconoció tan decididamente que el Tercer Concilio Ecuménico, en su séptimo canon, prohibe la composición de cualquier nuevo Símbolo de la fe. Por esta causa San Juan Damasceno escribe: "Acerca del Espíritu Santo decimos que es del Padre y lo llamamos Espíritu del Padre, mientras que de ninguna manera decimos que procede del Hijo, sino que sólo lo llamamos Espíritu del Hijo" (Theol. lib. 1 c.2 v. 4).
Pregunta: ¿De dónde surge que el Espíritu Santo es igual al Padre y al Hijo, y debe ser, junto con ellos, adorado y glorificado?
Respuesta: Surge de que Jesucristo mandó bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mat. 28:19).
Pregunta: ¿Por qué se dice en el Símbolo de la fe que el Espíritu Santo habló por los profetas?
Respuesta: El Apóstol San Pedro escribe: "Porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo han hablado de parte de Dios" (2 Pedro 1:21).
Pregunta: ¿Habló también el Espíritu Santo por los Apóstoles?
Respuesta: Ciertamente lo hizo. "Les fue revelado a los profetas que, no a sí mismos, sino a nosotros servían con este mensaje que ahora es anunciado por los que evangelizan por medio del Espíritu Santo enviado del cielo" (1 Pedro 1:12).
Pregunta: ¿Por qué, entonces, no se menciona a los Apóstoles en el Símbolo de la fe?
Respuesta: Porque en el tiempo cuando fue compuesto el Símbolo de la fe nadie dudaba de la inspiración de los Apóstoles.
Pregunta: ¿Se manifestó el Espíritu Santo a algunos hombres en una manera especial?
Respuesta: Sí. Descendió sobre los Apóstoles en forma de lenguas de fuego, al quincuagésimo día después de la resurrección de Jesucristo.
Pregunta: ¿Se comunica hoy el Espíritu Santo a los hombres?
Respuesta: Es comunicado a todos los verdaderos cristianos: "¿No sabéis que sois santuarios de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros?" (1 Cor. 3:16).
Pregunta: ¿Cómo podemos ser partícipes del Espíritu Santo?
Respuesta: Por la oración ferviente y por los Sacramentos. "Si pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que lo pidan!" (Lucas 11: 13); "Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, él nos salvó, no por obras de rectitud que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que El derramó con abundancia sobre nosotros por medio de Jesucristo Nuestro Salvador" (Tito 3:4-6).
Pregunta: ¿Cuáles son los principales dones del Espíritu Santo?
Respuesta: Los principales y más generales son, según el Profeta Isaías, los siguientes siete:
1) El espíritu de temor de Dios.
2) El espíritu de conocimiento.
3) El espíritu de fuerza.
4) El espíritu de consejo.
5) El espíritu de inteligencia.
6) El espíritu de sabiduría.
7) El espíritu del Señor o el don de piedad e inspiración en su máximo grado (Isaías 11:2).
Sobre el Noveno artículo
Pregunta: ¿Qué es la Iglesia?
Respuesta: La Iglesia es la comunidad humana instituida por Dios, unida por la fe ortodoxa, la Ley de Dios, la jerarquía y los Sacramentos.
Pregunta: ¿Qué es creer en la Iglesia?
Respuesta: Es honrar piadosamente a la verdadera Iglesia de Cristo, y obedecer su enseñanza y mandamientos, por la convicción de que la Gracia habita en ella, y que obra, enseña y gobierna para la salvación, que fluye por ella de su única cabeza, el Señor Jesucristo.
Pregunta: ¿Cómo puede la Iglesia, que es visible, ser objeto de fe, cuando la fe, según dice el Apóstol, es la demostración de lo que no se ve?
Respuesta: Primero, pese a que la Iglesia es visible, la Gracia de Dios que está en ella y en los que ella santifica, no lo es. Y esto es lo que propiamente constituye el objeto de la fe en la Iglesia. Segundo, la Iglesia, pese a ser visible porque está sobre la tierra y contener a todos los cristianos ortodoxos que viven sobre la tierra, es al mismo tiempo invisible, porque está parcialmente en el cielo y contiene a todos aquellos que han partido en verdadera fe y santidad.
Pregunta: ¿En qué basamos la idea que la Iglesia es al mismo tiempo de la tierra y del cielo?
Respuesta: En las siguientes palabras del Apóstol San Pablo dirigidas a los cristianos: "Os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalem celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscriptos en los cielos, y a Dios, Juez universal, y a los espíritus de los rectos llegados ya a su consumación, y a Jesucristo, mediador de la nueva Alianza" (Heb. 12:22-24).
Pregunta: ¿Cómo podemos estar seguros de que la Gracia de Dios está en la verdadera Iglesia?
Respuesta: Primero, porque su cabeza es Jesucristo, Dios y Hombre en una sola persona, lleno de gracia y de verdad, que llena su cuerpo - es decir la Iglesia - con igual gracia y verdad (Juan 1: 14-17). Segundo, porque El prometió a sus discípulos que el Espíritu Santo estaría con ellos para siempre, y que de acuerdo con su promesa, el Espíritu Santo señala a los pastores de su Iglesia. El Apóstol San Pablo dice de Jesucristo que Dios Padre "nos lo dio como cabeza de todas las cosas de la Iglesia, que es su cuerpo" (Ef. 1:22-23). El mismo Apóstol dice a los pastores de la Iglesia: "Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como obispos, para apacentar la Iglesia de nuestro Señor y Dios, que El se adquirió con su propia sangre" (Hechos 20:28).
Pregunta: ¿Cómo podemos estar seguros que la Gracia de Dios está en la Iglesia hasta ahora, y que continuará en ella hasta el fin del mundo?
Respuesta: De esto estamos seguros por las siguientes palabras de Jesucristo mismo y de sus Apóstoles: "Yo construiré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mat. 16:18); "Estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo. Amén" (Mat. 28:20); "A El, Dios Padre, la gloria en la Iglesia por Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos" (Ef. 3:21)
Pregunta: ¿Por qué la Iglesia es Una?
Respuesta: Porque ella es un cuerpo espiritual, tiene una cabeza, Cristo, y está animada por un Espíritu, el de Dios: "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos" (Ef. 4:4-6).
Pregunta: ¿Tenemos otra seguridad más de que Jesucristo es la única cabeza de la Única Iglesia?
Respuesta: "Edificio de Dios... Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" (1 Cor. 3:9-11). Por ello, la Iglesia como Cuerpo de Cristo, no puede tener otra cabeza que Jesucristo. Estando la Iglesia destinada a estar eternamente por todas las generaciones, necesita una cabeza también eterna, y ésta es sólo Jesucristo. Por ello, los Apóstoles no tomaron títulos más altos que el de servidores de la Iglesia (1 Col. 1:24-25).
Pregunta: ¿Qué obligación nos impone la unidad de la Iglesia?
Respuesta: El "esforzarse en guardar la unidad del Espíritu en unión de paz" (Ef. 4:3).
Pregunta: ¿Cómo se hace concordar con la unidad de la Iglesia el que haya muchas iglesias separadas e independientes, como las de Jerusalem, Antioquía, Alejandría, Constantinopla, Rusia?
Respuesta: Éstas son iglesias particulares o partes de una Iglesia Católica (Universal); la visible separación de su estructura no quita que todas ellas sean miembros del cuerpo de la Iglesia Universal, que tiene una cabeza, Cristo, y un espíritu de fe y de gracia. Esta unidad está expresada exteriormente por la unidad del Símbolo de la fe y por la comunión en la oración y los sacramentos.
Pregunta: ¿Hay una unidad semejante entre la Iglesia terrestre y la celestial?
Respuesta: Sin duda que la hay. Por su común relación con la cabeza única, Nuestro Señor Jesucristo, y por la comunión mutua.
Pregunta: ¿Qué tipo de comunión tiene la Iglesia en la tierra con la celestial?
Respuesta: La oración de fe y amor. El fiel que pertenece a la Iglesia militante sobre la tierra, ofreciendo sus oraciones a Dios, llama al mismo tiempo en su ayuda a los santos que pertenecen a la Iglesia del cielo; y éstos, por estar en la proximidad de Dios, por sus oraciones e intercesiones purifican, fortalecen y ofrecen ante Dios las oraciones de los fieles que viven sobre la tierra, por la voluntad de Dios, graciosamente y benéficamente, sea por virtud invisible, por distintas apariciones y otros medios.
Pregunta: ¿En qué se basa la regla de la Iglesia sobre la tierra de invocar en oración a los santos de la Iglesia en el cielo?
Respuesta: En Santa Tradición, el principio de la cual puede verse también en las Sagradas Escrituras. Por ejemplo, el Profeta David clama en plegaria: "¡Oh!, Dios de Abraham, Isaac y de Israel, nuestros padres," haciendo mención de santos en ayuda de su oración, exactamente como ahora la Iglesia Ortodoxa, ruega a Cristo nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su Purísima Madre y de todos sus Santos (1Crón. 29:18). San Cirilo de Jerusalem, en su explicación de la Divina Liturgia, dice: "Hacemos mención también de aquellos que han partido, primero de los Patriarcas, Profetas, Apóstoles y Mártires, para que por sus súplicas e intercesión Dios reciba nuestras oraciones" (Cat. Myst. 5. c. 9). San Basilio el Grande, en su sermón sobre el día de los Cuarenta Santos Mártires, dice: "Cualquiera que esté afligido recurra a los Cuarenta, y cualquiera que está contento acuda a los mismos. Unos, para encontrar alivio para su dolor, y los otros para conservar su felicidad. Así, la mujer piadosa ruega por sus hijos, otra pide el retorno de su esposo ausente, otra la restauración de la salud para el enfermo. Que vuestras peticiones sean hechas con los Mártires."
Pregunta: ¿Hay algún testimonio en las Sagradas Escrituras sobre la oración mediadora de los santos en el cielo?
Respuesta: El Evangelista San Juan, en el Apocalipsis, muestra en el cielo un Angel, al cual "se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del Angel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos" (Apoc. 8:3-4).
Pregunta: ¿Hay algún testimonio en las Sagradas Escrituras sobre apariciones de santos del cielo?
Respuesta: El Evangelista San Mateo relata que después de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz "se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos, que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de El, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos" (Mat. 27:52-53). Y como un milagro tan grande no podía ocurrir sin un fin adecuado, debemos suponer que dichos santos aparecieron para anunciar el descenso de Jesucristo a los infiernos, y su triunfal resurrección, y así impulsar a los hombres nacidos en la Iglesia del Antiguo Testamento a pasar más rápidamente a la del Nuevo, recién fundada.
Pregunta: ¿Qué testimonios hay que nos confirmen la creencia de que los santos, después de su partida, obran milagros por ciertos medios terrenales?
Respuesta: El Segundo Libro de los Reyes testifica que, por tocarlo con las reliquias del Profeta Eliseo, un muerto fue traído nuevamente a la vida (2 Reyes 13:21). El Apóstol San Pablo obró curaciones y milagros no sólo en persona, sino por pañuelos y delantales tomados de su cuerpo (Hechos 19:12). Por este ejemplo, podemos entender que los santos, incluso después de su muerte, pueden obrar benéficamente por medios terrenales que Dios les otorgó por sus santas virtudes. San Gregorio el Teólogo, en su primer discurso contra Juliano, dice: "Tú no reverenciaste los sacrificios ofrecidos por Cristo ni temiste a los grandes ascetas, Juan, Pedro, Pablo, Santiago (Jacobo), Esteban, Lucas, Andrés, Tecla y el resto que antes y después de éstos sufrieron por la verdad, que soportaron fuego y espada, torturas y todos los sufrimientos, como si su cuerpo no fuese de ellos, o como si no tuviesen cuerpo. ¿Por qué? Para no traicionar ni con una palabra su devoción a Dios. Para los cuales hay, con justa razón, grandes honores y triunfos: son expulsados diablos, se curan enfermedades, aparecen en visiones y profetizan. Cuyos cuerpos, aunque separados, al ser tocados o reverenciados, tienen poder como sus santas almas. Y gotas de cuya sangre, tomadas de sus sufrimientos, tienen poder como en sus cuerpos." San Damasceno escribe: "Las reliquias de los santos nos fueron dadas por Nuestro Señor Jesucristo como fuentes de salud, de las que fluyen múltiples bendiciones." Y como una explicación de esto subraya que a través de la mente sus cuerpos también estaban habitados por Dios (Theol. lib. 4 cap. 15, v. 3-4).
Pregunta: ¿Por qué es Santa la Iglesia?
Respuesta: Porque está santificada por Jesucristo, por su pasión, por su enseñanza, por su oración y por los Sacramentos. "Como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a Sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en la palabra con baño de agua, a fin de presentársela a Sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Ef. 5:25-27). En su oración a Dios Padre por los creyentes, Jesucristo dice entre otras cosas: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Y por ellos yo me santifico a Mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad" (Juan 17:17-19).
Pregunta: ¿Por qué es santa la Iglesia si tiene dentro de ella a hombres pecadores?
Respuesta: Los hombres que pecan, pero que se purifican por el verdadero arrepentimiento, no hacen que la Iglesia deje de ser santa, pero los pecadores impenitentes son separados del cuerpo de la Iglesia por acto visible de la autoridad eclesiástica o por el juicio invisible de Dios. Por ello es que también respecto a eso se conserva santa. "Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros" (1 Cor. 5:13); "El fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: conoce el Señor a los que son suyos; y apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo" (2 Tim. 2:19)
Pregunta: ¿Por qué la Iglesia es llamada Conciliar, o Católica, o Ecuménica?
Respuesta: Porque no está limitada a ningún lugar ni tiempo ni pueblo, sino que contiene a los verdaderos creyentes de todos los lugares, tiempos y pueblos. El Apóstol San Pablo dice que "el Evangelio existe en todo el mundo, y crece y da fruto" (Colos. 1:5-6), y que en la Iglesia cristiana "no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo y en todos" (Colos. 3:11). "Los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham" (Gál. 3:9).
Pregunta: ¿Qué gran privilegio tiene la verdadera Iglesia Universal?
Respuesta: Sólo ella tiene la promesa que "las puertas del infierno no prevalecerán contra ella"; que el Señor estará con ella hasta el fin del mundo; que en ella habitará la gloria de Dios en Jesucristo por todas las generaciones, eternamente; y consecuentemente, que ella nunca será apóstata de la fe, ni pecará contra la verdad de la fe, ni caerá en error. "Nosotros confesamos sin duda, que la Iglesia Universal no puede pecar ni errar ni proferir falsedad en lugar de verdad: porque el Espíritu Santo actuando a través de sus fieles ministros los Padres y Doctores de la Iglesia, la preservan de todo error" (Misiva de los Patriarcas Orientales sobre la Fe Ortodoxa, Art. 12).
Pregunta: ¿Si la Iglesia Católica Ortodoxa contiene a todos los verdaderos creyentes del mundo, debemos entender como necesario para la salvación que todo creyente debe pertenecer a ella?
Respuesta: Es exactamente así. Desde que Jesucristo, en las palabras de San Pablo, es la cabeza de la Iglesia, y El es el Salvador del cuerpo, se deduce que para tener parte en su salvación, debemos necesariamente ser miembros de su cuerpo, esto es, de la Iglesia (Efes. 5:23). El Apóstol San Pedro escribe que el bautismo salva conforme con la imagen del Arca de Noé. Todos los que fueron salvados del Diluvio Universal, lo fueron sólo en el Arca. Así pues, todos los que obtienen salvación eterna, la obtienen sólo en la única Iglesia Universal.
Pregunta: ¿Qué pensamientos y rememoraciones debemos asociar con el nombre de Iglesia Oriental?
Respuesta: En el Paraíso, plantado en el Este, se fundó la primera Iglesia de nuestros Padres en inocencia; y en el Este, después de la caída, se puso una nueva fundación de la Iglesia de los redimidos, en la promesa de un Salvador. En el Este, en el país de Judea, Nuestro Señor Jesucristo, habiendo finalizado la obra por nuestra salvación, fundó su propia Iglesia cristiana, que desde allí se expandió por todo el universo. Y hasta hoy la fe Católica (Universal) Ortodoxa Ecuménica, confirmada por los Siete Concilios Ecuménicos, es conservada sin cambios en su pureza original en las antiguas Iglesias del Este, como lo hace, por la gracia de Dios, la Iglesia Rusa.
Pregunta: ¿Por qué es llamada Apostólica la Iglesia?
Respuesta: Porque tiene de los Apóstoles, sin interrupción ni cambio, su enseñanza y la sucesión de los dones del Espíritu Santo, por la imposición de las manos consagradas. En el mismo sentido, la Iglesia es llamada también Ortodoxa (o de alabanza o creencia correcta): "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del angulo Jesucristo mismo" (Efes. 2:19-20).
Pregunta: ¿Qué nos enseña el Símbolo de la fe cuando dice que la Iglesia es Apostólica?
Respuesta: Nos enseña a guardar firmemente la enseñanza y tradición apostólica, y evitar enseñanzas y maestros que no se afirmen en la de los Apóstoles. El Apóstol San Pablo dice: "Así que, hermanos, estad firmes y retened la enseñanza que habéis aprendido, sea por palabra o por carta nuestra" (2 Tes. 2:15); "Al hombre que es un hereje, después de una y otra amonestación, deséchalo" (Tito 3:10); "Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso taparles la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene" (Tito 1:10-11); "Y si no oyere a la Iglesia, tenle por gentil y publicano" (Mat. 18:17).
Pregunta: ¿Qué institución eclesiástica existe para preservar y conservar la sucesión del ministerio apostólico?
Respuesta: La Jerarquía Eclesiástica.
Pregunta: ¿Dónde se originó la Jerarquía de la Iglesia Cristiana Ortodoxa?
Respuesta: De Jesucristo mismo, y del descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, desde cuyo tiempo continuó en sucesión ininterrumpida por la imposición de las manos, en el Sacramento del Sacerdocio. "Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo" (Efes. 4:11-12)
Pregunta: ¿Qué autoridad jerárquica es capaz de extender su esfera de acción por sobre toda la Iglesia Católica (Universal)?
Respuesta: El Concilio Ecuménico.
Pregunta: ¿Bajo qué autoridades jerárquicas están las principales partes de la Iglesia Católica (Universal)?
Respuesta: Bajo los Patriarcas Ortodoxos y el Santísimo Sínodo.
Pregunta: ¿Bajo qué autoridad jerárquica están las provincias ortodoxas menores y ciudades?
Respuesta: Bajo metropolitanos, arzobispos y obispos.
Pregunta: ¿Qué rango en la jerarquía tiene el Santísimo Sínodo?
Respuesta: El mismo rango que el de los Santos Patriarcas Ortodoxos (Ver las Epístolas de los Santos Patriarcas sobre la institución del Santísimo Sínodo).
Pregunta: ¿Si alguno quiere cumplir sus deberes de obediencia a la Iglesia, cómo puede aprender lo que ella requiere de sus hijos?
Respuesta: Lo puede aprender de las Sagradas Escrituras, de las Reglas de los Santos Apóstoles, de los Santos Concilios Ecuménicos y locales, de los Santos Padres y de los Reglamentos Eclesiásticos.
Sobre el Décimo artículo
Pregunta: ¿Por qué el Símbolo de la fe menciona al Bautismo?
Respuesta: Porque la fe es sellada por el Bautismo y los otros misterios o Sacramentos.
Pregunta: ¿Qué es un misterio o Sacramento?
Respuesta: Un misterio o Sacramento es un acto sagrado, por el cual la Gracia, o en otras palabras, el poder salvador de Dios, actúa misteriosamente sobre el hombre.
Pregunta: ¿Cuántos son los Sacramentos?
Respuesta: Siete:
1. Bautismo;
2. Unción con Miro (Confirmación);
3. Comunión;
4. Arrepentimiento;
5. Sacerdocio ;
6. Matrimonio;
7. Unción con Santos Óleos.
Pregunta: ¿Qué fuerza hay en cada Sacramento?
Respuesta: 1. En el Bautismo el hombre nace misteriosamente a la vida espiritual. 2. En la Unción con Miro recibe la gracia de crecimiento espiritual y fortaleza. 3. En la Comunión es nutrido espiritualmente. 4. En el Arrepentimiento es sanado de las enfermedades espirituales, es decir, del pecado. 5. En el Sacerdocio recibe la gracia espiritual para regenerar y educar a otros, por la enseñanza y los Sacramentos. 6. En el Matrimonio recibe la gracia que santifica la vida de casados, la procreación natural y la educación de los hijos. 7. En la Unción con los Santos Óleos, se cura incluso de las enfermedades del cuerpo, por medio de la curación de las enfermedades espirituales.
Pregunta: ¿Por qué el Símbolo de la fe menciona solamente el Bautismo y no los demás Sacramentos?
Respuesta: Porque sobre el Bautismo existía la duda de si era necesario o no rebautizar a algunas personas que salieron de la herejía; y por eso era necesaria una resolución que fue incluida en el Símbolo de la fe.
Sobre el Bautismo
Pregunta: ¿Qué es el Bautismo?
Respuesta: Es un Sacramento por el que a una persona que cree, se la sumerge tres veces en agua en el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, muriendo a la vida carnal de pecado, y naciendo nuevamente del Espíritu Santo a una vida espiritual y santa: "El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios" (Juan 3:5).
Pregunta: ¿Cuándo y cómo comenzó el Bautismo?
Respuesta: Primero, "Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en Aquél que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo" (Hechos 19: 4). Luego, Jesucristo por su propio ejemplo santificó el bautismo, cuando lo recibió de Juan. Finalmente, después de su Resurrección, dio a los Apóstoles este solemne mandamiento: "Id y enseñad a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mat. 28: 19).
Pregunta: ¿Qué es lo más esencial en la administración del Bautismo?
Respuesta: La triple inmersión en agua, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pregunta: ¿Qué se requiere de quien desea ser bautizado?
Respuesta: Arrepentimiento y fe. Por esta causa, también antes del Bautismo se recita el Símbolo de la fe: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2: 38); "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Marcos 16: 16).
Pregunta: ¿Por qué son, entonces, bautizados los niños?
Respuesta: Por la fe de sus padres y padrinos, que están obligados a enseñarles la fe, tan pronto como estén en edad de aprender.
Pregunta: ¿Cómo puede demostrarse por las Sagradas Escrituras que debemos bautizar a los niños?
Respuesta: En los tiempos del Antiguo Testamento los niños eran circuncidados al octavo día de su nacimiento; pero el Bautismo tomó el lugar de la circuncisión en el Nuevo Testamento y por lo tanto, los niños también deben ser bautizados.
Pregunta: ¿De dónde es tomado que el Bautismo ocupó el lugar de la circuncisión?
Respuesta: De las siguientes palabras del Apóstol San Pablo a los creyentes: "Fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha por mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo, sepultados con El en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con El, perdonándoos todos los pecados" (Colos. 2: 11-12).
Pregunta: ¿Para qué hay padrinos en el Bautismo?
Respuesta: Para que respondan ante la Iglesia por la fe del bautizado, y después del Bautismo se ocupen de confirmarlo en la fe (Dion. Areop. sobre Jer. Ecles. c. 2).
Pregunta: ¿Para qué antes del Bautismo se hace el exorcismo?
Respuesta: Para alejar al diablo, que desde la caída de Adán tiene acceso al hombre y ejerce poder sobre él, lo cautiva y esclaviza. El Apóstol San Pablo dice que todos los hombres sin gracia "andan de acuerdo con la maldición de este mundo, de acuerdo con el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la adversidad" (Efes. 2: 2).
Pregunta: ¿Dónde radica la fuerza del exorcismo?
Respuesta: En el nombre de Jesucristo invocado con oración y con fe. Jesucristo dio a los creyentes esta promesa: "En mi nombre expulsarán demonios" (Marc. 16: 17).
Pregunta: ¿Qué fuerza tiene la señal de la Cruz usada en ésta y otras ocasiones?
Respuesta: Lo que representa el nombre de Jesucristo Crucificado cuando los labios lo pronuncian con fe, vale igual cuando la señal de la Cruz se hace con fe por el movimiento de la mano, o es representada de cualquier otra manera. San Cirilo de Jerusalem escribe: "No nos avergoncemos de confesar al Crucificado; hagamos fervientemente la señal de la Cruz sobre la frente, y sobre todo: sobre el pan que comemos, sobre las copas en que bebemos; hagámosla en nuestras idas y venidas; cuando nos acostamos a dormir y cuando nos levantamos; cuando viajamos y cuando descansamos: es una gran salvaguarda, dada al pobre sin costo alguno, al débil sin esfuerzo. Porque ésta es la Gracia de Dios, un signo para los fieles y terror para los malos espíritus" (Cat. Lect. 13: 36).
Pregunta: ¿Desde cuándo usamos la señal de la Cruz?
Respuesta: Desde los mismos tiempos de los Apóstoles (Dion. Areop. sobre la Jer. Ecles. c. 2 y 5. Tertuliano de Coron. cap. 3, de Resurr. cap.
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Pregunta: ¿Qué significa la ropa blanca que es puesta después del bautismo?
Respuesta: La pureza del alma y de la vida cristiana.
Pregunta: ¿Por qué se le cuelga al bautizado una cruz?
Respuesta: Como expresión visible y continua evocación del mandamiento de Cristo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mat. 16:24).
Pregunta: ¿Qué significa la procesión del bautizado alrededor de la fuente con una vela?
Respuesta: Alegría espiritual, unida con iluminación espiritual.
Pregunta: ¿Qué significa confesar en el Símbolo de la fe un Bautismo?
Respuesta: Que el Bautismo no puede ser repetido.
Pregunta: ¿Por qué no puede ser repetido el Bautismo?
Respuesta: El Bautismo es un nacimiento espiritual: el hombre nace sólo una vez, por eso es bautizado sólo una vez.
Pregunta: ¿Qué puede decirse de aquellos que pecan después del Bautismo?
Respuesta: Son más culpables en sus pecados que los no bautizados, desde que tienen de Dios una ayuda especial para obrar bien, y la dejan de lado. "Si habiéndose escapado ellos de las contaminaciones del mundo con el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero" (2 Pedro 2:20)
Pregunta: ¿Hay algún medio de conseguir perdón para el que pecó después del Bautismo?
Respuesta: Sí. El Arrepentimiento.
Sobre la Unción con miro.
Pregunta: ¿Qué es la Unción con Miro?
Respuesta: La Unción con Miro es un Sacramento por el cual el creyente bautizado, al ser ungido con santo miro en ciertas partes del cuerpo, en el nombre del Espíritu Santo, recibe los dones del Espíritu Santo para el crecimiento y fortalecimiento en la vida espiritual.
Pregunta: ¿Este Sacramento es mencionado en las Sagradas Escrituras?
Respuesta: La acción interior de este Sacramento es expresada por el Apóstol San Juan, de la siguiente forma: "Vosotros, en cambio, tenéis unción recibida del Santo y todos tenéis conocimiento. En cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de El permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe; sino que tal como su unción os enseña sobre todo - y es verdad y no mentira -, tal como os enseño, permaneced en El" (1Juan 2: 20 y 27). De la misma manera dice el Apóstol Pablo: "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió es Dios, el cual también nos ha signado, y nos ha dado compromiso del Espíritu a nuestros corazones" (2 Cor. 1: 21-22). De aquí son tomadas las palabras pronunciadas en la Unción, el signo del don del Espíritu Santo.
Pregunta: ¿Es mencionada la forma visible de la Unción con Miro en las Sagradas Escrituras?
Respuesta: Debe entenderse que las palabras de San Juan se refieren a la unción visible tanto como a una unción interior; pero es más certero pensar que los Apóstoles, para impartir al bautizado los dones del Espíritu Santo, usaron la imposición de las manos (Hechos 8: 14-16). Los sucesores de los Apóstoles, sin embargo, en lugar de esto introdujeron la Unción con Miro, tomándola aparentemente del precedente de la unción usada en el Antiguo Testamento (Éxodo 30: 25; I Reyes 1: 39; Dion. Areop. de Jer. Ecles. cap. 4).
Pregunta: ¿Que debe remarcarse sobre el Santo Miro?
Respuesta: Que su consagración corresponde únicamente a las más altas autoridades eclesiásticas, como sucesores de los Apóstoles, que usaban la imposición de sus propias manos para comunicar los dones del Espíritu Santo.
Pregunta: ¿Qué significa la unción de la frente?
Respuesta: La santificación de la mente, de los pensamientos.
Pregunta: ¿Y la unción del pecho?
Respuesta: La santificación del corazón o deseos.
Pregunta: ¿Qué significa la unción de los ojos, orejas y labios?
Respuesta: La santificación de los sentidos.
Pregunta: ¿Qué significa la unción de las manos y los pies?
Respuesta: La santificación de las obras y de todo comportamiento del cristiano.
Sobre la Comunión
Pregunta: ¿Qué es la Comunión?
Respuesta: La Comunión es un Sacramento por el cual el creyente ingiere, bajo la forma de pan y vino, el verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo para la vida eterna.
Pregunta: ¿Cómo fue instituido este Sacramento?
Respuesta: Jesucristo, inmediatamente antes de su Pasión, lo consagró por vez primera, exhibiéndolo por anticipación a la imagen viviente de sus sufrimientos para nuestra salvación; y después de haberlo administrado a los Apóstoles, les dio al mismo tiempo un mandamiento para perpetuar este Sacramento.
Pregunta: ¿Qué debe advertirse sobre el Sacramento de la Comunión con respecto al santo oficio cristiano?
Respuesta: Que conforma la parte esencial y principal del santo oficio.
Pregunta: ¿Cuál es el nombre del santo oficio en el cual el Sacramento de la Comunión es consagrado?
Respuesta: La liturgia.
Pregunta: ¿Qué significa la palabra liturgia?
Respuesta: Oficio colectivo. Pero la palabra liturgia es especialmente apropiada para el santo oficio en el que se consagra el Sacramento de la Comunión.
Pregunta: ¿Qué debe hacerse notar sobre el lugar donde se celebra la liturgia?
Respuesta: Debe ser consagrada siempre en un templo. Este Sacramento es oficiado sobre la santa mesa o el antimension, los cuales deben haber sido consagrados anteriormente por un obispo.
Pregunta: ¿Por qué se llama Iglesia al templo?
Respuesta: Porque los fieles que componen la Iglesia se reúnen en él para la oración y participar de los Sacramentos.
Pregunta: ¿Por qué se llama trono a la mesa donde se consagra el Sacramento de la Comunión?
Respuesta: Porque Jesucristo está presente en él como Rey, místicamente.
Pregunta: ¿Qué orden se puede observar en el oficio de la liturgia?
Respuesta: Primero, se preparan los elementos para el Sacramento; segundo, los fieles se preparan para el Sacramento; tercero, el Sacramento mismo es consagrado.
Pregunta: ¿Cuál es el nombre de la parte de la liturgia en la que se preparan las sustancias para el Sacramento?
Respuesta: Proscomidia.
Pregunta: ¿Cuál es el significado de la palabra Proscomidia?
Respuesta: Ofrenda, u ofrecimiento.
Pregunta: ¿Por qué se dio este nombre a la primera parte de la liturgia?
Respuesta: Por la costumbre de los primitivos cristianos de traer a la iglesia pan y vino como ofrenda para la celebración del Sacramento. De la misma manera, este pan es llamado Prósfora, que significa oblación.
Pregunta: ¿En qué consiste la Proscomidia como parte de la Liturgia?
Respuesta: En que con la recordación de las profecías y prototipos, y parcialmente de los sucesos mismos de antes del nacimiento y sufrimiento de Jesucristo, se toma una porción de la prósfora para usarla en el Sacramento, y una porción de vino es mezclada con agua y vertida en el santo Cáliz, mientras el celebrante hace conmemoración de toda la Iglesia, honra a los santos glorificados, ruega por los vivos y los muertos, ruega también especialmente por los gobernantes y por los que, a medida de su fe y su esfuerzo, trajeron prósforas u oblaciones.
Pregunta: ¿Cómo debe ser el pan para el Sacramento?
Respuesta: Como el nombre mismo de pan, la santidad del misterio y el ejemplo de Jesucristo y los Apóstoles lo requieren, esto es: pan leudado, puro y de trigo.
Pregunta: ¿Qué significa que es sólo uno el pan que se usa para la Comunión?
Respuesta: Significa, como lo explica el Apóstol San Pablo, que "siendo uno sólo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos comulgamos de aquel mismo pan" (1Cor. 10: 17).
Pregunta: ¿Por qué se lo llama el Cordero al pan preparado para la Comunión?
Respuesta: Porque es la figura de Jesucristo sufriente, como era en el Antiguo Testamento el Cordero Pascual.
Pregunta: ¿Qué era el Cordero Pascual?
Respuesta: El Cordero que los israelitas, por mandamiento de Dios, mataban y comían en memoria de su liberación de la destrucción en Egipto.
Pregunta: ¿Por qué se mezcla con agua el vino para el Sacramento de la Comunión?
Respuesta: Porque toda esta celebración está ordenada de acuerdo con los sufrimientos de Cristo; y cuando El sufrió, fluyó sangre y agua de su costado atravesado por la lanza.
Pregunta: ¿Qué nombre tiene la parte de la liturgia en la que los fieles son preparados para el Sacramento?
Respuesta: Los antiguos la llamaban liturgia de los catecúmenos, porque aparte de los comulgantes, también los catecúmenos que se están preparando para el Bautismo, y los penitentes, que no son admitidos para la Comunión, pueden estar presentes en ella.
Pregunta: ¿Con qué comienza esta parte de la liturgia?
Respuesta: Con la bendición, o glorificación del Reino de la Santísima Trinidad.
Pregunta: ¿En qué consiste esta parte de la liturgia?
Respuesta: En oraciones, cantos y lecturas de los libros de los Apóstoles y los Evangelios.
Pregunta: ¿Con qué termina?
Respuesta: Con la orden dada a los catecúmenos de salir de la Iglesia.
Pregunta: ¿Cuál es el nombre de esta parte de la liturgia, en que el Sacramento mismo es celebrado y consagrado?
Respuesta: La liturgia de los fieles. Porque sólo los fieles, es decir los bautizados, tienen derecho de estar presentes en este oficio.
Pregunta: ¿Cuál es el acto esencial en esta parte de la liturgia?
Respuesta: La pronunciación de las palabras que Jesucristo dijo al instituir el Sacramento: "Tomad y comed, éste es mi Cuerpo; bebed de ella todos, pues ésta es mi Sangre de la Nueva Alianza" (Mat. 26: 27-28). Después de esto, la invocación del Espíritu Santo y la bendición de los dones, es decir del pan y el vino, que fueron ofrecidos.
Pregunta: ¿Por qué es tan esencial?
Respuesta: Porque en este momento el pan y el vino son convertidos o transustanciados en el verdadero Cuerpo de Cristo y en la verdadera Sangre de Cristo.
Pregunta: ¿Cómo debemos entender la palabra transustanciación?
Respuesta: En la exposición de la fe de los Patriarcas Orientales se dice que la palabra transustanciación no debe ser tomada para definir la manera en que el pan y el vino son convertidos en el Cuerpo y la Sangre del Señor, porque esto nadie lo puede comprender, sino Dios. Sólo muestra que verdadera, real y sustancialmente el pan se hace el verdadero Cuerpo del Señor y el vino se hace la misma Sangre del Señor. De igual manera San Juan Damasceno, tratando sobre los Santos e Inmaculados Misterios del Señor, escribe: "Es verdaderamente aquel Cuerpo unido con la Divinidad, que tuvo su origen en la Santísima Doncella; no porque ese Cuerpo que ascendió, descienda del cielo sino porque el pan y el vino mismos se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Dios. Pero si tú buscas la forma en que esto ocurre, sea suficiente para ti que te diga que es por el Espíritu Santo; de la misma manera, por el mismo Espíritu Santo, el Señor se encarnó a Sí mismo, y en Sí mismo, de la Madre de Dios; más aun, sabemos y es suficiente que la palabra de Dios es verdadera y poderosa, pero su manera de obrar es inescrutable" (L. 4 cap. 13. 7).
Pregunta: ¿Qué es requerido individualmente de quien desea aproximarse al Sacramento de la Comunión?
Respuesta: Que examine su conciencia ante Dios y la limpie con el arrepentimiento de sus pecados; para lo cual tiene ayuda en el ayuno y la oración: "Examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe para sí su propio juicio" (1Cor. 11: 28-29).
Pregunta: ¿Qué beneficios recibe el que comulga con el Cuerpo y la Sangre de Cristo?
Respuesta: Que está unido en la manera más íntima a Jesucristo, y en El se hace partícipe de la vida eterna: "El que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre, permanece en Mí y Yo en él" (Juan 6: 56); "El que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre tiene vida eterna" (Juan 6: 54).
Pregunta: ¿Debemos comulgar frecuentemente de los Sagrados Misterios?
Respuesta: Los primitivos cristianos comulgaban cada día del Señor. Pero ahora muy pocos tienen tal pureza de vida como para estar siempre preparados para aproximarse a tan grande Misterio. La Iglesia, con voz maternal, llama a los celosos de la vida en veneración, a confesarse ante su padre espiritual y comulgar en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, mensualmente, si no es posible, cuatro veces al año, pero requiere de todos sin excepción recibirlo al menos una vez al año (Ver Orthod. Confess. 1° parte, preg. 90).
Pregunta: ¿Qué participación tienen en la divina liturgia aquellos que sólo la oyen, sin aproximarse a la Santa Comunión?
Respuesta: Ellos pueden y deben participar en la liturgia con oración y fe, y especialmente con la continua conmemoración de Nuestro Señor Jesucristo, que expresamente nos mandó: "Haced esto en conmemoración Mía" (Lucas 22: 19).
Pregunta: ¿Qué debemos recordar en el momento de la liturgia en que se hace la Procesión con el Evangelio?
Respuesta: A Jesús apareciendo para predicar el Evangelio. Por ello, cuando se lee el Evangelio debemos tener la misma atención y reverencia que si estuviésemos escuchando a Jesucristo mismo.
Pregunta: ¿Qué debemos recordar en el momento de la liturgia en que se hace la Procesión con los Dones al altar?
Respuesta: A Jesucristo yendo a sufrir voluntariamente, como víctima del sacrificio, mientras más de doce legiones de ángeles lo rodean para cuidarlo y escoltarlo como a su Rey: "El Rey de reinantes y Señor de los señoreadores, viene para ser sacrificado" (Himno de la Liturgia del Gran Sábado).
Pregunta: ¿Qué debemos recordar en el momento de la consagración del Sacramento, y cuando el clero comulga en el altar?
Respuesta: La Cena Mística de Jesucristo mismo con sus Apóstoles, sus sufrimientos, muerte y sepultura.
Pregunta: ¿Qué representa después de esto la apertura del velo, de las puertas reales, y la aparición de los Santos Dones?
Respuesta: La aparición de Jesucristo mismo después de su resurrección.
Pregunta: ¿Qué representa la última aparición de los Santos Dones a los fieles, después de lo cual son retirados de su vista?
Respuesta: La Ascensión de Jesucristo a los cielos.
Pregunta: ¿Continuará el uso del Sacramento de la Santa Comunión en la verdadera Iglesia de Cristo?
Respuesta: Continuará siempre, hasta la nueva venida de Cristo, de acuerdo con las palabras del Apóstol San Pablo: "Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis de esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que El venga" (1Cor. 11: 26).
Sobre el Arrepentimiento
Pregunta: ¿Qué es el arrepentimiento?
Respuesta: El arrepentimiento es un Sacramento en el cual, quien confiesa sus pecados, por la visible manifestación sacerdotal de perdón, es liberado de éstos invisiblemente por Jesucristo mismo.
Pregunta: ¿Cuál es el origen de este Sacramento?
Respuesta: Los que se llegaban a San Juan Bautista, que predicaba el bautismo de arrepentimiento para la remisión de los pecados, confesaban sus pecados (Marcos 1: 4-5). A los Apóstoles, Jesucristo les prometió poder para perdonar los pecados, cuando El dijo: "Todo lo que atareis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo" (Mat. 18: 18). Y después de su resurrección, El realmente les dio ese poder, diciendo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; y a quienes se los retuviereis, les serán retenidos" (Juan 20: 22-23).
Pregunta: ¿Qué se requiere por parte del arrepentido?
Respuesta: Contrición por sus pecados, con un pleno propósito de enmendar su vida, fe en Jesucristo y esperanza en su misericordia: "La tristeza, pues, de ofender a Dios, produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse" (2 Cor. 7:10); "Y cuando el impío se apartare de su impiedad y obrare juicio y verdad, en ellos vivirá" (Ezeq. 33:19). "De Este (de Jesucristo) dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en El creyeren recibirán perdón de pecados por su Nombre" (Hechos 10:43).
Pregunta: ¿Hay algún medio de preparación y ayuda para el arrepentimiento?
Respuesta: Sí: son el ayuno y la oración.
Pregunta: ¿Utiliza la Iglesia algún otro medio especial para la purificación y pacificación de la conciencia del pecador arrepentido?
Respuesta: Sí. Este medio se llama epitimia.
Pregunta: ¿Qué es epitimia?
Respuesta: Esta palabra griega indica prohibición, o bien, ejercicio espiritual con el fin de vencer o dominar a las costumbres pecaminosas (ver 2 Cor. 2:6). Bajo este nombre se prescriben al arrepentido, de acuerdo con la necesidad, diversos ejercicios de piedad, y diversas abstinencias y privaciones que sirven para dominar hábitos pecaminosos. Por ejemplo, ayunar más de lo que está prescrito para todos; o, por pecados gravísimos, la suspensión de la Santa Comunión por un tiempo determinado.
Sobre el Sacerdocio
Pregunta: ¿Qué es el Sacerdocio?
Respuesta: El Sacerdocio es un Sacramento por el cual el Espíritu Santo, mediante la imposición de las manos del obispo, ordena al que ha elegido correctamente para administrar Sacramentos, y apacentar al rebaño de Cristo: "Téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los Misterios de Dios" (1 Cor. 4:1); "Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la Iglesia del Señor y Dios, la cual El se adquirió por su propia Sangre" (Hechos 20:28).
Pregunta: ¿Qué es apacentar a la Iglesia?
Respuesta: Instruir al pueblo en la fe, en la devoción y en las buenas obras por amor a Jesucristo.
Pregunta: ¿Cuántos grados necesarios hay del Sacerdocio?
Respuesta: Tres: Obispo, Presbítero y Diácono.
Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre ellos?
Respuesta: El Diácono sirve en la consagración de los Sacramentos; el Sacerdote consagra los Sacramentos bajo la dependencia del Obispo; el Obispo no sólo consagra los Sacramentos por sí mismo sino que tiene poder para impartir a otros, por imposición de sus manos, el gracioso don para consagrarlos. Sobre el poder episcopal, el Apóstol San Pablo escribe a Tito: "Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses presbíteros en cada ciudad" (Tito 1:5). Y a Timoteo: "No impongas con ligereza las manos a ninguno" (1 Tim. 5:22).
Sobre el Matrimonio
Pregunta: ¿Qué es Matrimonio?
Respuesta: Es un Sacramento mediante el cual, por la libre promesa de mutua fidelidad del novio y la novia ante el Sacerdote y la Iglesia, se bendice su unión conyugal en imagen de la unión espiritual de Cristo con la Iglesia, y se ruega para que se les conceda la gracia de una pura unión, una bendecida procreación y educación cristiana de sus hijos.
Pregunta: ¿De dónde sabemos que el Matrimonio es un Sacramento?
Respuesta: De las siguientes palabras del Apóstol San Pablo: "Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este Sacramento; mas yo digo esto por Cristo y por la Iglesia" (Efes. 5:31-32).
Pregunta: ¿Es obligación para todos casarse?
Respuesta. No. La virginidad es mejor que el matrimonio, si alguno tiene el don de mantenerla inmaculada. Sobre esto, Jesucristo mismo dijo expresamente: "No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba" (Mat. 19:11-12). Y el Apóstol San Pablo dice: "Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen el don de continencia, cásense... El soltero tiene cuidado de lo del Señor, de cómo agradarle; pero el casado tiene cuidado de lo mundano, de cómo agradar a su mujer... El que da para casamiento a su virgen hace bien, y el que no la da para casamiento hace mejor" (1 Cor. 7:8-9, 32-33 y 38).
Sobre la Unción con Óleo
Pregunta: ¿Qué es la Unción con Óleo (aceite)?
Respuesta: La Unción con Óleo es un Sacramento en el cual, mientras el cuerpo es ungido con aceite, se invoca la gracia de Dios sobre el enfermo, para curarlo de enfermedades del cuerpo y del alma.
Pregunta: ¿Dónde se origina este Sacramento?
Respuesta: De los Apóstoles, que habiendo recibido poder de Jesucristo, ungían con aceite a muchos que estaban enfermos, y los curaban (Marc. 6:13). Los Apóstoles dejaron este Sacramento a los sacerdotes de la Iglesia, como una evidencia de las siguientes palabras del Apóstol Santiago (Jacobo): "¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvara al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:14-15).